Política
Diputados: El oficialismo anticipa una derrota con la modificación de la ley que permite a Milei gobernar por DNU
En el PRO evalúan ausentarse o abstenerse en recinto, con números bastante holgados para una mayoría que busca poner límites al uso de los decretos de necesidad y urgencia, reformando la ley 26.122 que impulsó Cristina Kirchner. Dos diputadas libertarias dispensadas para faltar y en La Libertad Avanza aspiran a hacer caer la ley en el Senado.

La semana próxima, la Cámara de Diputados de la Nación podría
sancionar una reforma a la ley 26.122 que, desde su sanción en 2006 por impulso
de la entonces senadora Cristina Kirchner, permite que los Decretos de
Necesidad y Urgencia (DNU) entren en vigencia desde su promulgación y no puedan
ser anulados a menos que ambas cámaras del Congreso así lo decidan. El
presidente Javier Milei ya anticipó que va a vetar la reforma de la ley, si es
que se sanciona, lo que podría derivar en una tercera votación en Diputados, para
definir si se promulga la norma o si se sostiene el veto, como ya ocurrió con
las leyes de movilidad jubilatoria y financiamiento universitario.
Las bancadas Encuentro Federal que preside Miguel Pichetto y
Democracia para Siempre, que conduce Pablo Juliano, impulsan la reforma que ya
contaría con 135 voluntades a favor, entre los diputados de Unión por la Patria,
la Coalición Cívica, la izquierda, un grupo de partidos provinciales y los
mencionados bloques del “pichetismo” y de los radicales disidentes que
responden a la conducción del diputado Facundo Manes y el senador Martín
Lousteau.
Como muestra de que el oficialismo anarco-capitalista ve perdida
esa votación, el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem habría
dispensado a dos legisladoras de LLA, Rocío Bonacci y Marcela Pagano, para que
puedan ausentarse. Mientras que la rosarina cursa por estos días un seminario
de formación política en Estados Unidos, la periodista atraviesa un embarazo
avanzado, sostiene el portal LPO.
En lo que respecta a los diputados por Misiones, es prácticamente
un hecho que la puertista Florencia Klipauka y el “radical con peluca” Martín
Arjol van a votar en contra de una reforma de la ley que le permite a Milei. Por
su parte, los cuatro diputados de la Renovación, es decir, Carlos Fernández,
Yamila Ruiz, Daniel Vancsik y Alberto Arrúa, podrían ausentarse o abstenerse, para
no quedar como opositores a la Casa Rosada y tampoco como oficialistas.
Por estas horas, es una incógnita lo que hará el macrista
Emmanuel Bianchetti: suele obedecer las órdenes de la cúpula partidaria, pero
está claramente alineado con la Casa Rosada y no teme al costo político de
apoyar al oficialismo en temas controversiales.
Cabe remarcar que varios abogados constitucionalistas e
inclusive diputados del PRO, cuestionan la ley 26.122 porque otorga más poder
al Ejecutivo por sobre el Legislativo nacional: para implementar una reforma
por DNU, basta con la firma del presidente y ese tipo de medidas no pueden
anularse a menos que las dos cámaras se pronuncien en contra; en cambio, para
sancionar una ley, se debe conseguir mayoría en ambas cámaras y, ante un
eventual veto, el Legislativo debe conseguir los dos tercios del Congreso para
insistir con una norma.
Como parece inevitable la derrota política en este tema, el
oficialismo ultraderechista concentraría su esfuerzo en que la vicepresidente
Victoria Villarruel duerma el expediente que llegue con media sanción al
Senado.
El período parlamentario terminará el 30 de noviembre y la
convocatoria a sesiones extraordinarias se hace con un temario que define la
Casa Rosada. Si la Vicepresidenta elude el tratamiento en la Cámara Alta, la
discusión pasaría para 2025, un año con expectativas de escasa actividad
legislativa por el calendario electoral y porque, históricamente, los partidos
políticos no impulsan temas controversiales que puedan incidir en la campaña y
en el resultado de las elecciones.
Sin embargo, la oposición apuesta a que el trámite también se
apruebe en el Senado. En ese caso, la norma sancionada sería girada al Poder
Ejecutivo para su promulgación y se descuenta que Milei la va a vetar, como ya
lo declaró públicamente. Hasta el momento, el presidente ultraderechista firmó
más de 42 DNUs, de los cuales sólo uno fue anulado –el de los 100 mil millones
de pesos de gastos reservados para la SIDE (Secretaría de Inteligencia del
Estado)
En ese escenario político, la postura del PRO será esencial esta
semana. El presidente del partido amarillo, Mauricio Macri reclama un acuerdo
público a Milei para las elecciones del año próximo, como precondición para
apoyar esta y otras iniciativas de la Casa Rosada. Es que para el macrismo es
mucho más difícil acompañar al gobierno anarco-capitalista en este debate,
porque siempre rechazaron la ley 26.122. Es más, algunos de los proyectos de
reforma de esta ley pergeñada por Cristina Kirchner, los presentaron la actual
ministra de seguridad Patricia Bullrich –en su época de diputada– y el
ultraoficialista Fernando Iglesias.
“La ley de DNU (26.122) que 'repentinamente' quieren
modificar, tiene casi 19 años de vigencia. Quienes promueven esto se valieron
de la misma cuando fueron gobierno. Solamente quieren complicar al actual
gobierno. Priorizan sus intereses y se olvidan una vez más de la gente”,
cuestionó Martín Menem en las redes sociales, dejando en claro que Milei y La
Libertad Avanza, como el kirchnerismo y el macrismo, también utilizan la ley
que regula los DNU para introducir reformas sin pasar por el Congreso de la
Nación.
El proyecto en discusión propone que un decreto pueda anularse
con el rechazo de una sola de las dos cámaras del Congreso y que los DNU pierdan
validez a los 60 días de promulgados, si Diputados y Senadores no lo aprueban por
mayoría simple. Esto limitaría el poder de Milei de gobernar por decreto y lo
obligaría a negociar reformas en el Congreso de la Nación.
Un diputado macrista que planea plegarse a los bloques opositores
le dijo a LPO que “Milei se dedicó a gobernar por decreto blindando su veto con
87 diputados en vez de buscar mayoría”, y advirtió que habrá que ver “cómo hace
el Presidente, para seguir juntando 87 diputados (que blinden un veto) el año
que viene”.