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Análisis completo de la actuación de Colapinto en el GP de Austria de Fórmula 1
El argentino resultó 15º en el Red Bull Ring con un Alpine que sigue sin buen ritmo en carrera. También tuvo un exceso y fue penalizado.

En el vertiginoso mundo de la Fórmula 1, donde cada milésima de segundo separa a los héroes de los titulares pasajeros, el argentino Franco Colapinto volvió a ser protagonista en el GP de Austria. No fue por una victoria ni una remontada gloriosa, sino por una actuación llena de contrastes: hubo velocidad, carácter, roce polémico y una advertencia de alto voltaje desde el seno de su equipo.
Entre el talento crudo y los límites del reglamento
El Red Bull Ring recibió al piloto de Alpine con la esperanza de sumar puntos o, al menos, consolidarse como piloto competitivo en el pelotón del medio. Clasificó 14°, lejos del top 10, pero en una grilla apretada y dinámica. Desde el primer giro, Colapinto mostró lo que sabe: ritmo, agresividad, decisión. Sin embargo, en la vuelta 55 se cruzó con la crudeza del reglamento y la lupa de los comisarios.
Peleando con uñas y dientes la posición con Yuki Tsunoda, cometió el error de no respetar las banderas azules cuando se aproximaba Oscar Piastri, líder de carrera y excompañero de escudería. El resultado: un toque forzado que mandó a Piastri al pasto y a Colapinto a los titulares. Penalización de 5 segundos y una ola de críticas en el paddock.
Briatore, con fuego amigo
Lo más resonante llegó desde adentro. Flavio Briatore, el siempre volcánico asesor del equipo Alpine, fue claro: “Franco necesita mejorar. Tiene talento, sí, pero esto es Fórmula 1, no Fórmula espectáculo”. La frase cayó como una descarga eléctrica en un equipo que, si bien aún confía en el argentino, también empieza a marcarle el ritmo con el cronómetro de la exigencia.
Colapinto, fiel a su estilo, respondió con humildad: “Estaba concentrado en mi pelea con Tsunoda. No vi venir a Piastri”. Pero en este deporte no basta con justificar. Hay que evitar errores. Porque en la Fórmula 1, como en la política, el costo del error no es solo técnico, es reputacional.
Una carrera que deja huella
Pese a no puntuar, Colapinto terminó 15°, mantuvo el ritmo y volvió a mostrar reflejos de un piloto con proyección. Pero la Fórmula 1 no premia las intenciones. Premia la perfección. Y Austria fue un recordatorio de que el talento, sin disciplina estratégica, queda corto en la máxima categoría del automovilismo mundial.
El futuro inmediato
Lo positivo: Alpine seguirá apostando por él en las próximas fechas. Lo desafiante: ya no hay margen para roces innecesarios ni para errores de protocolo. Porque en esta jungla de motores híbridos y sensores satelitales, los errores no se olvidan… y los puestos se disputan hasta con aliados internos.