Provinciales
Habló la madre del soldado Ramírez, a 22 años de su muerte: “todo fue armado como para que aparezca un suicidio”
Susana Pintos volvió a reclamar justicia frente al juzgado federal de Posadas, con una ofrenda de flores y cuestionó al juez de instrucción de Apóstoles, Miguel ángel Faría, porque se perdieron y se echaron a perder pruebas, y no se resguardaron ni las prendas, ni el arma con la que, según ella, asesinaron a su hijo.

Este jueves se cumplieron 22 años de la muerte del soldado Mauro Ramírez, en el Regimiento 30 del Ejército Argentino, con sede en Apóstoles, y su madre, Susana Pintos llegó desde Chaco para reiterar su pedido de justicia. “En junio de 2025 ya pasaron 22 años del fusilamiento de mi hijo dentro del regimiento de Infantería Monte 30 cuando él ingresó a tomar su puesto de guardia”, fustigó Pintos, quien reiteró sus críticas contra el juez de instrucción de Apóstoles, Miguel Faría.
En diálogo con
LT4, la mujer contó que estuvo frente al Juzgado Federal de Posadas, donde “hay
una placa que representa el reclamo de justicia. Mi anhelo era que se hiciera
justicia acá en Misiones y poder retirar esa placa. Pero no ha ocurrido eso”, expresó
Pintos, quien insiste en su reclamo contra los responsables políticos y fácticos
del presunto homicidio.
De acuerdo con Pintos,
actualmente, la causa está en la Cámara de Casación Penal Federal, en los
tribunales de Comodoro Py (CABA) “Estamos esperando que se concrete una
audiencia y ver cómo seguimos en la causa. El juez no nos dio lugar al llamado
de indagatoria de los dos responsables que tuvieron aquel día cuando mi hijo
ingresa a su puesto de guardia, cuando hubo el cambio de guardia”, contó Pintos.
“Desde el 2007
esperamos y el juez (Faría) no nos dio lugar. Son 22 años de lucha, pero a
pesar del dolor, me mantengo fuerte y firme porque busco justicia por la
memoria de mi hijo”, manifestó.
Según la mujer
sigue buscando justicia, “porque le han truncado la vida” a su hijo Mauro Ramírez.
“Mi hijo tenía todo un proyecto de vida, tenía sueños que cumplir. Estaba en el
lugar donde él quería, eligió ser voluntario porque le gustaba el voluntariado.
Le gustaba servir a la patria, le gustaba aprender más y se ve que hubo un
grupo de dentro del Ejército que se debería depurar, que es lo que no se hace,
para que no siga sucediendo”, insistió Pintos, en su planteo para que no
vuelvan a ocurrir asesinatos dentro de regimientos.
Consultada por lo
que sucedió con los presuntos responsables de la muerte de Mauro, la mujer
sostuvo: “Están protegidos, yo siento que están protegidos por la justicia. Ya
están gozando de alguno de sus retiros, otros están en otras actividades. Y
algunos otros que ascendieron a altas esferas del Ejército Argentino, fueron
premiados. Para mí fueron premiados”, cuestionó.
“Desde el primer
momento hubo un encubrimiento con convivencia de la justicia provincial y con
la justicia federal, que no actuó como debía, desde el primer momento; desde el
primer día que sucedió el hecho fue de público conocimiento. Debía haber
actuado de oficio, no lo hizo”, recordó Pintos sobre el accionar de la justicia
federal de Posadas en 2003.
Al no actual, se dejó
“que un juez de instrucción (Faría) se involucre. Se perdieron muchas pruebas, no
se hicieron muchas pruebas, se echaron a perder. Y se contaminaron toda la
escena del crimen, no se resguardaron las prendas de mi hijo, no se resguardó el
arma. El proyectil nunca se encontró, y si hubiese sido un suicidio, hubiese
aparecido ahí”, describió la madre de Mauro.
“Así es que todo
fue armado como para que aparezca un suicidio.
El cuerpo de mi hijo fue acomodado. Eso lo tengo claramente. Porque pude
conseguir las fotografías en colores del expediente original. Por lo tanto, tengo
la plena convicción, más allá de lo que yo lo conozco como madre. de lo que
pasó ese día”, sentenció Pintos, rechazando de plano la hipótesis del supuesto
suicidio.