Economía

Klingbeil: “Hoy un productor con 20 hectáreas de té, está en el sótano de la indigencia”

El referente tealero Cristian Klingbeil se mostró muy preocupado por la situación actual del sector y anticipó que, producto del fenomenal incremento de los costos productivos, en la Coprote, los productores deben solicitar un precio mínimo de $130 por brote, cuando el anterior precio fue de $60. “La disparada de costos que tenemos es tal que nuestra grilla se va al doble en solo 6-7 meses, es una locura”, se lamentó.

Domingo, 11 de agosto de 2024 - 21:56 hs.
Klingbeil: “Hoy un productor con 20 hectáreas de té, está en el sótano de la indigencia”

El sector tealero de Misiones está inmerso en una crisis casi sin precedentes por el aumento en los costos productivos con caída de ventas por la brecha cambiaria y el atraso del dólar oficial, que hace que los precios no sean competitivos a nivel internacional, según se desprende de lo que explicó a Agencia Hoy, el productor tealero Cristian Klingbeil.

Este referente del sector anticipó que en la COPROTE (Comisión Provincial del Té), comisión provincial del té, los productores deberían solicitar como mínimo, la duplicación del precio sostén, elevando el valor mínimo del brote de té de los actuales $60 a $130. 

“Nosotros terminamos la zafra, y el precio fue a $61. Hoy, por lo que estuve hablando con los otros referentes con los que estamos ahí en la COPROTE y otros productores y tenemos que pedir $130. Tenemos que ir a más del doble del último precio que fue hablado en enero, febrero”, confió a este medio, Klingbeil, sobre la próxima discusión productiva. 

Según el agricultor, en estos meses tuvo que haber incrementos de precios durante la zafra, sin embargo, en un escenario de sobreoferta y caída de mercados internacionales, difícilmente se habría podido cumplir con aumentos en la materia prima. “Por cómo estábamos, los secaderos estaban parando, estaba quedando ya (brotes) sobre planta, entonces ¿qué aumento vas a pedir? Pedir más aumento es acelerar que más secaderos paren antes de tiempo. Y así y todo, muchos secaderos no pudieron cumplir ese precio de $60”, explicó Klingbeil.

Poniendo el énfasis en “la disparada de costos”, Klingbeil subrayó que “tenemos ahora que nuestra grilla se va al doble en solo 6-7 meses. Es una locura. Hasta hace un tiempo atrás lo que nos reventaba era el aumento del valor del fertilizante. Hoy al valor del fertilizante, hay que agregarle el aumento del combustible, el aumento de mano de obra (salarios). Y ni hablar de repuestos (de maquinaria agrícola) que no se te rompa nada en la máquina y todas esas cosas porque no lo arreglas más”, describió Klingbeil sobre las actuales condiciones de la producción tealera. 

En un tono reflexivo, Klingbeil se refirió a la preocupante pérdida de rentabilidad del sector, en el que predominan los pequeños y medianos productores. “Con ese precio ($60), si yo le arriendo a alguien que tiene 10 hectáreas de té, le estoy dando con suerte el valor de una jubilación, que hoy es la mitad de la canasta básica”, enfatizó. 

“Entonces hoy un propietario con 10 hectáreas de té, te puedo decir con 20 hectáreas de té están en el sótano de la indigencia. Y con 20 hectáreas de té hasta hace un tiempo atrás, era un productor mediano. Hoy no subsiste con 20 hectáreas de té. De hecho, ya no subsistí ni con 20 de té y más 20 de yerba. Es triste”, expresó Klingbeil.

Por otra parte, el productor celebró que el gobierno provincial vuelva sobre sus pasos y autorice el uso del glifosato por 5 años más, sólo para los sectores exportadores que se inscriban en un registro que manejará el ministerio del agro. “En buena hora que se modificó en parte la cuestión del glifosato porque si no se modificaba eso estábamos peor todavía. Pero no está fácil, está muy complicado”, resumió el productor.

Consultado al respecto, este referente tealero se mostró preocupado por dos problemas que golpean al sector: uno de infraestructura y otro de macroeconomía. “A mí lo que me preocupa son dos cuestiones, hoy puntuales. En el tema del té, el dólar oficial tan bajo cuando las cosas siempre están subiendo al doble de lo que es la devaluación (del 2% mensual en el dólar oficial) Es una locura lo que estamos buscando caro en dólares para producir”, comentó Klingbeil.

El segundo foco de preocupación tiene que ver con el funcionamiento de los secaderos, que dependen de los chips de pino que estarían escaseando, en un escenario en el que no hay expectativa de que avancen obras para que llegue el gas natural en red a Misiones.

“Y la otra preocupación es las pocas ganas de que llegue el gas natural a Misiones. Nosotros entramos en un colapso en el tema de chip (de madera), que cada vez ahora la industria yerbatera, prácticamente toda, labura con chip de pino. Lo primero que se había instalado era un secadero de té, ahora el secadero de hierba lo encontraron a la vuelta para funcionar con chip también de pino. No hay plantaciones nuevas de chip. El productor chico no planta, hace años no planta una hectárea”, explicó Klingbeil sobre una de las carencias que podrían enfrentar los secaderos y los productores.

“Esas son dos cosas que me preocupan: la obra pública, que llegue el gas, que alivianaría bastante la situación crítica que tenemos ahora. Y el dólar atrasado: nuestros costos subiendo la mano de obra, subiendo al 5-7% por mes, el combustible no sube menos del 3,5-4% cada mes y la devaluación solo del 2%. Y la inflación es, también va en ese ritmo, va en el 4%”, subrayó Klingbeil poniendo de relieve que la inflación mensual, “todo el tiempo está arriba del doble lo que era la devaluación (del dólar oficial del 2% mensual por la política del crawling peg –devaluación administrada– del Banco Central)

Para Klingbeil, “se está armando una complicación muy grande para poder seguir con la actividad tealera. Ese es nuestro problema”

Por otra parte, a este combo funesto de aumento de costos productivos con caída de precios y problemas de infraestructura, se le suman los cambios de funcionarios que dispone el gobierno de Javier Milei. “Nosotros habíamos conseguido muy buen diálogo con (Fernando) Vilella (el exsecretario de Bioeconomía) y con su gente pero después de haber ido a Buenos Aires, haber hablado y haber hecho todos los contactos cambiaron de ministro”, describió Klingbeil sobre el reemplazo del exfuncionario. 

“Entonces volver a remar, volver a ir a Buenos Aires para hacer (gestiones) es una tomada de pelo, Te cansa que cada vez que vas, tenés que hablar con un funcionario nuevo y explicarle a todo el mundo de cero. Eso es un contrasentido para nosotros que estamos tan lejos de la capital”, se quejó el productor.

“Así que fuimos muchísimas veces a Buenos Aires. Con el gobierno anterior no había tantos cambios, pero ahora ya no tenía ganas de ir porque no sabe cuánto tiempo va a durar el funcionario que designó Milei en su cargo”, concluyó Klingbeil.