Política
Sobre hacerse el sota con lo importante y los “encantos de la gastronomía misionera”, para un porteño con ínfulas
Por Eladio Rivas.

Cuenta la leyenda, que la provincia de Misiones y en especial,
su gastronomía, enamora y cautiva. Tal es el caso del corresponsal de “La
Nación”, allí en la tierra roja, quien cobra por nota firmada. Y, a veces se le
ocurre firmar, de año en año.
No se le puede seguir, ni justificar, su perfil y sus
ingresos, de niño bien “abacanado”. Solo una pista nos lleva a su gallina de
huevos de oro: opera periodísticamente para Ramoncito Puerta. Cuyo benjamín
empresarial, allegado, caudillo político, amigo familiar, íntimo de su hijo, está
envuelto en uno de los flagelos y hecho reales más aberrantes de Misiones:
industria, que padece la tierra roja, la pedofilia hecha a mansalva y con renta
internacional (que incluye violaciones, trata de personas, explotación sexual
no consentida, torturas y desapariciones de personas)
Todo esto ocurre en las narices de Martincito, el “Tincho” que,
según sus colegas, es fanfarrón y pedante. Más precisamente, el ignoto en la
fauna local Martín Boerr, sin que él diga, como dirían las abuelas: “ni pío”.
Jamás investigó el tema, siendo amigo personal de los protagonistas. Él solo
repara en dañar la imagen del exitoso partido oficialista, que tanto le quema
en el alma (si la tiene) a su patrón.
En lo personal, la gastronomía es un punto importante y
latente en su vida. Hace poco se ventiló y le dio algo de fama, un trapito que
tuvo, con uno de los referentes culinarios de mayor carácter en la provincia,
Iván Ortega. Según sus palabras, la vuelta al pasado amoroso lo adelgazó 15
kilos.
En la actualidad, mantiene una estrecha relación societaria y
amorosa con el único burócrata que tiene la gastronomía en Misiones, un
periodista devenido en subsecretario, que, otrora, supo lucrar con los chefs misioneros
y hoy los dirige desde el Estado.
Se nota la ausencia de su pareja, motor y factótum de ese
negocio; y que hoy, ya no acepta, que la festejen y agasajen con la anuencia de
su pareja, aparentemente; y volvió a su ciudad.
Causa cierto humor pensar que Milei y Boerr tuvieron novias con
el mismo mote.
Lo más llamativo es la convivencia de esta relación actual, con
noticias filtradas y datos.
Es ético vivir del gobierno y de un tema que te es ajeno; y
además, compartir pan y vino con un operador molesto para los líderes de tu “supuesto”
partido renovador. “Desconozco y lo dejo a tu criterio diría la trillada frase de
Karina Olga Jelinek. Y como diría “Fuente Ovejuna”: el que no entendió, que se
compre un burro y se haga patear la cabeza.