Política
Milei generó críticas por su discurso sobre la guerra de las islas Malvinas
La ceremonia en Plaza San Martín fue exclusiva para funcionarios y varios veteranos se quejaron de que no pudieron ingresar. En su discurso, el presidente abrió la puerta a la autodeterminación de los kelpers y no condenó la ocupación británica de las islas.

El acto por Malvinas del presidente Javier Milei estuvo
cargado de contrapuntos y contradicciones. En su discurso no sólo deseó que los
kelpers sean argentinos y evitó condenar la presencia del invasor en el
archipiélago nacional, sino que además le cerró el paso a la participación en
ese homenaje a varios veteranos de guerra y ni que hablar de la ausencia más
notoria: la vicepresidenta Victoria
Villarruel, quien tuvo un acto propio producto de la irreparable interna en el
oficialismo.
La ceremonia que tuvo lugar en el cenotafio levantado en
Plaza San Martín, Retiro, fue exclusiva para funcionarios y para un puñado de
excombatientes mayormente con rango de oficiales, que son los más cuestionados
por haber respondido al gobierno de facto de entonces y señalados por los
soldados que denunciaron maltratos y torturas durante la guerra de 1982.
Veteranos afuera
Los que quedaron afuera de la conmemoración presidencial
fueron excombatientes que no estuvieron incluidos en la lista de invitados y
que, por lo tanto, vieron todo desde atrás del vallado, en un lejano punto de
la plaza.
“Nosotros fuimos los actores principales de esa epopeya y
estamos mirando del lado de afuera”, se quejó Fabián Volonté, excombatiente que
a los 19 años recayó en Puerto Argentino.
Junto a él comenzaron a dar vueltas por las veredas de Plaza
San Martín varios exsoldados acompañados por familiares y personas que se
acercaron a participar del recordatorio, aunque tampoco pudieron acercarse.
Otro de los exconscriptos obligados a combatir dijo sentir
“dolor” por no poder asistir al acto oficial. “No puedo entender por qué no
podemos participar si esto tiene que ser un acto público”, lamentó en diálogo
con el canal C5N.
Según contó Volonté, los mismos que hoy lo vieron de afuera
estuvieron el año pasado al lado del presidente Milei. Ahora no sabe por qué
no. “Pasó lo que siempre pasa: el veterano es el jamón del medio del sándwich,
cuando se dividen las cosas en la política, nosotros pagamos los platos rotos”,
lamentó.
Villarruel, bien lejos de Milei
La división más evidente se expresó en la ausencia de la
vicepresidenta Victoria Villarruel, enfática reivindicadora de la causa
Malvinas por ser hija de un excombatiente que fue oficial durante la última
dictadura, defensor de la “lucha contra la subversión” y renegado de la
Constitución Nacional.
En la figura de la vicepresidenta se referencia una
importante cantidad de militares con distintos rangos que tampoco estuvieron
del lado de adentro del acto.
Se supone que algunos de ellos estuvieron de civil en el
acto aparte que Villarruel encabezó en Ushuaia. Algunos otros lo vieron por
streaming a través de la transmisión en directo por Senado TV y los medios
oficiales de Tierra del Fuego.
El discurso de Milei, a pedir de la posición británica
El acto de Milei no sólo vivió los traspiés de tener que
escuchar las protestas de excombatientes cercados a lo lejos ni aguantar la
incomodidad de la ausencia de su vicepresidenta. También tuvo que soportar un
tirón de orejas al cierre de su discurso, que concluyó con su histriónico “viva
la libertad, carajo” en lugar de un grito que homenajeé a los caídos o a la
soberanía.
De entre los oficiales y exmilitares allí presentes se oyó
un “viva la Patria” y entonces el Presidente se vio forzado a repetir ese
grito, que fue un correctivo a su slogan de campaña.
El discurso presidencial fue también objeto de críticas.
Durante los breves minutos que habló, cuestionó las políticas argentinas de
reclamo sobre el archipiélago realizadas durante las últimas décadas pero no
condenó la presencia del invasor británico en ese territorio nacional.
Es más, hasta se animó a desear que los kelpers “quieran
votarnos y ser argentinos”. El insólito párrafo que quedará en la historia por
contradecir la estrategia diplomática y el reclamo legítimo por la soberanía
argentina en Malvinas fue el siguiente:
“Si de soberanía sobre las Malvinas se trata, nosotros
dejamos en claro que el voto más importante de todos es el que se hace por los
pies y anhelamos que los malvinenses decidan algún día votarnos con los pies a
nosotros. Por eso buscamos ser una potencia, a punto tal que ellos prefieran
ser argentinos, que no haga falta usar la disuasión o el convencimiento para
lograrlo”.
Milei reclamó la soberanía sobre las islas pero en ningún momento condenó la presencia británica ni exigió la devolución del territorio nacional ni se refirió al invasor como tal. Sólo dijo de manera general: “Quiero volver a insistir en nuestro reclamo inclaudicable por las Islas Malvinas, reforzando el compromiso de agotar todos los recursos diplomáticos a nuestro alcance para que vuelvan a manos argentinas”.
Fuente: P12