Reclamo
Durísimo testimonio de la mamá de Juanita Sirimarco: “Me la entregaron casi muerta”
Claudia Díaz apuntó contra el colegio y de la empresa que organizó el viaje de egresados tras el cual, la niña de 13 años falleció por una infección generalizada, por las presuntas irregularidades en las que habrían incurrido en el cuidado de su hija. Anticipó que irán hasta las últimas consecuencias en la justicia y que impulsarán una ley para prohibir en Misiones, los viajes de egresados.
La mamá de Juanita Sirimarco Díaz, brindó un desgarrador
testimonio respecto de lo ocurrido con la niña de 13 años de edad que falleció
el sábado pasado, luego de arribar gravemente enferma de un viaje de egresados
en Villa Carlos Paz (Córdoba) el pasado martes 8 de octubre. Claudia Díaz apuntó
por la posible responsabilidad civil y hasta penal del Instituto Cristian
República Argentina (ICRA) y de la empresa que organizó el viaje de estudios.
Y reveló, entre otros hechos, que el micro que traía a su hija muy desmejorada físicamente, no se detuvo para internar a la pequeña en un sanatorio u hospital y ni siquiera paró la marcha para que le apliquen un inyectable por día intravenosa para tratar el cuadro de vómitos, diarrea y deshidratación que estaba sufriendo la pequeña, en el viaje que demoró más de 13 horas desde Córdoba a Misiones.
Según la mujer, fue una mamá que estaba en el ómnibus la que le inyectó dipirona (paliativo para la fiebre) intramuscular y su hija ya “estaba sumamente deshidratada. No pensaron en ningún momento en llamarme a mí, y tampoco mi hija tenía su teléfono porque a la noche le sacaba los teléfonos, y mi hija yo sé que era incapaz de decir, maestra, me da el teléfono porque le habrá dicho, ‘¿para qué? si tu mamá no puede resolver nada ahora, para preocuparle’. Yo me imagino toda esa situación de mi hija. Ella estaba totalmente incomunicada”, aseveró Díaz.
“Entonces, cuando me llama la maestra, yo digo, ‘pásame con mi
hija’. Y mi hija me dice: ‘mamá, ya no puedo más, necesito bajarme de este
colectivo’. ‘Ni siquiera puedo pararme, mamá, porque bajaron a desayunar y yo
quise pararme y no tengo fuerza en las piernas’. Y yo me quedé loca. A la maestra
le supliqué: ‘por Dios, pará, dejala en un hospital, quédate con ella ahí,
nosotros vamos para allá, pero ella está mal, ella debe estar muy deshidratada,
ella está mal, le duele todo’. Me dijo que le dolía todo, imaginate. Y (la
maestra) me dijo no, que no iba a parar, porque estaban en Virasoro y que jamás
ella pararía ni le dejaría su propia hija en ese lugar porque la atención es
terrible”, confió Díaz a este medio, en un estremecedor relato del viaje de
regreso de Juanita, que falleció pocos días más tarde en el Hospital Pediátrico
de Misiones.
La maestra “me dijo que no iban a parar ahí, que iban a seguir
el viaje y que le iban a seguir hidratando”.
En un tramo muy crudo de las denuncias de Díaz, la mujer
remarcó que su hija estaba muy desmejorada al momento de bajar del micro. “Es
gravísimo todo lo que voy a contar. En momento, no entendía nada porque como mi
hija llegó a la guardia, llegó sumamente deshidratada, le tuvieron que poner un
montón de suero para hidratarle. Mi hija ya llegó con un shock, mi hija ya
llegó prácticamente muerta. Así me entregaron a mi hija. Cuando baja de esa
ambulancia, mi hija ya estaba en las últimas consecuencias, fue directo a
terapia intensiva, a estar entubada y demás”, manifestó la mujer.
De acuerdo con Díaz, el único patógeno que encontraron en
Juanita fue el virus Influenza B, pero “muchísimos compañeros se enfermaron (con
ese virus) en ese viaje. Pero a ella no le dieron atención. Entre las 2 y las 8,
cuando la maestra me llama, ellos tenían que haber parado. Ellos tenían que
haberles llevado a un hospital, y a mi hija le tenían que dar atención,
atención para hidratarla, atención para los vómitos, atención para lo que sea,
tomar la tensión arterial, a ver qué estaba pasando con ella. Para que ahí una
vez que ella estaba compensada, ellos seguían viaje”, planteó la mujer.
“Mi hija me iba a llegar el shock. Me entregaron a mi hija con
los ojos rojos, que parecía sangre y la boca negra. Y tanto la empresa, las dos
maestras y hasta la mamá que le puso en inyección, nadie dijo, ‘paremos’ y ‘a
esta nena vamos a dar la atención antes de que llega a Posadas’. Diez horas la
trajeron así. Y mi hija era buena y era sumisa, porque ella pensaba que estaba
en buenas manos”, acusó Díaz, cargando contra los responsables del viaje de
egresados del ICRA.
“Cuando le llamo a la maestra, cuando le llamo a la maestra,
después que murió mi hija, porque me di cuenta de lo que pasó, y dije,
Alejandra, por dios, ¿por qué no paraste? ¿Por qué no le dieron atención a mi
hija en un hospital? ¿Por qué siguieron con mi hija en esas condiciones? ¿Y
sabes qué me dijo? No pensé en eso. Eso me dijo, no pensé en eso”, se quejó Díaz,
insistiendo en que Juanita está muerta “por esa mala decisión (de no dejar a la
pequeña en un hospital) que tomaron todos”.
La mamá de la víctima cargó también contra la empresa que
organizó el viaje de egresados y no cambió el itinerario para que a Juanita
Sirimarco la atiendan antes, en otro centro de salud. “Los médicos me dijeron que
mi hija llegó tarde”, aseguró la mujer, revelando que, desde que se agravó el
cuadro de Juanita, jamás subió la presión sanguínea que estaba en 20/80, aunque
nadie le habría medido la presión a la estudiante mientras estaban en el micro
de regreso a Posadas.
En otra importante revelación, Díaz contó que a su hija no le
inyectaron la dipirona por vía intravenosa, pese a haber una enfermera entre
las madres que viajaron, “porque el micro se movía mucho”. “O sea, el colectivo
¿no podía parar para hacer un inyectarle a mi hija?”, fustigó la mujer,
insistiendo en que no había ningún enfermero/a o un médico/a de la empresa,
para intervenir ante el cuadro crítico que sufría Juanita.
“No le tomaron ni siquiera otra pensión arterial, no le
tomaron nada. Y la abandonaron a mi hija, me trajeron prácticamente a mi hija
muerta, porque esa es la realidad”, aseguró la mujer.
Anticipando medidas judiciales, Díaz expresó: “Lo que pido es
justicia, yo voy a llegar hasta las últimas consecuencias, porque esas personas
eran responsables, esas personas que llevaron a mi hija viva, mi hija salió
hablando de Córdoba, despidiéndose de su mamá. A las dos de la mañana pasó
todo, jamás me comunicaron a mí”, manifestó la mujer, poniendo de relieve que
la empresa y el ICRA no habrían garantizado una ambulancia para su hija.
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